La electricidad y el gas son dos de los servicios básicos que utilizamos en nuestro día a día para iluminar, calentar y cocinar en nuestros hogares. Sin embargo, estos servicios tienen un coste que varía según el consumo, la tarifa y el mercado.
¿Qué servicio es más barato, la electricidad o el gas? ¿Qué factores influyen en el precio de cada uno? En este artículo, vamos a analizar las ventajas y desventajas de ambos servicios, y cómo podemos ahorrar en nuestra factura energética.
Comparativa de precios entre electricidad y gas
El precio medio de la electricidad en España en 2023 fue de 0,165 euros/kWh, mientras que el del gas natural fue de 0,057 euros/kWh. Esto significa que, en términos generales, el gas es casi tres veces más barato que la electricidad.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos precios son solo una referencia, y que pueden variar según la oferta y la demanda, el tipo de tarifa contratada, los impuestos y los peajes.
Además, el precio de la electricidad y el gas depende también del uso que le demos a cada servicio. Por ejemplo, si usamos el gas solo para cocinar, el consumo será mucho menor que si lo usamos también para la calefacción o el agua caliente.
Del mismo modo, si usamos la electricidad solo para la iluminación, el consumo será menor que si la usamos también para los electrodomésticos o el aire acondicionado. Por lo tanto, para saber qué servicio es más asequible, hay que comparar el coste total de la factura, y no solo el precio por unidad de energía.
Ventajas y desventajas de la electricidad y el gas
La electricidad y el gas tienen sus pros y sus contras, que hay que valorar a la hora de elegir el servicio más adecuado para nuestro hogar. Algunas de las ventajas y desventajas de cada servicio son las siguientes:
Electricidad
Ventajas:
- Es una energía limpia y renovable, que no genera emisiones de CO2 ni residuos.
- Es más segura, ya que no hay riesgo de fugas, explosiones o intoxicaciones por monóxido de carbono.
- Es más versátil, ya que se puede usar para todo tipo de usos y aparatos.
- Es más fácil de instalar y mantener, ya que no requiere de tuberías ni revisiones periódicas.
Desventajas:
- Es más cara, ya que tiene un precio más alto y está sujeta a impuestos y peajes más elevados.
- Es más inestable, ya que puede sufrir cortes o fluctuaciones de tensión que afecten al funcionamiento de los equipos.
- Es más contaminante, ya que depende en gran medida de la producción de energía eléctrica a partir de combustibles fósiles o nucleares.
Gas
Ventajas:
- Es más barato, ya que tiene un precio más bajo y está exento de algunos impuestos y peajes.
- Es más estable, ya que no se ve afectado por los cambios climáticos ni por la demanda eléctrica.
- Es más eficiente, ya que tiene un mayor poder calorífico y un menor consumo energético.
Desventajas:
- Es una energía no renovable, que genera emisiones de CO2 y contribuye al cambio climático.
- Es menos seguro, ya que implica el manejo de una sustancia inflamable y tóxica que puede causar accidentes o daños a la salud.
- Es menos versátil, ya que se limita a usos térmicos como la calefacción o el agua caliente.
- Es más difícil de instalar y mantener, ya que requiere de una infraestructura de gas y de revisiones obligatorias cada cierto tiempo.
Consejos para ahorrar en la factura energética
Independientemente del servicio que elijamos, hay algunas medidas que podemos tomar para reducir nuestro consumo de energía y, por tanto, nuestro gasto en electricidad y gas. Algunos de estos consejos son:
- Comparar las distintas ofertas y tarifas disponibles en el mercado, y elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades y hábitos de consumo.
- Ajustar la potencia contratada y el término fijo de la factura, para evitar pagar por más de lo que necesitamos.
- Aprovechar las horas valle o los bonos sociales, si tenemos derecho a ellos, para beneficiarnos de precios más bajos en determinados momentos del día o del año.
- Usar electrodomésticos y aparatos de bajo consumo, con etiqueta energética A+++ o superior, y desconectarlos cuando no los usemos.
- Regular la temperatura del termostato y del calentador de agua, y evitar el uso excesivo de la calefacción o el aire acondicionado.
- Aislar térmicamente nuestro hogar, con ventanas de doble cristal, cortinas, persianas o burletes, y aprovechar la luz natural y el calor solar.
- Adoptar hábitos de consumo responsable, como apagar las luces cuando no sean necesarias, lavar con agua fría o llenar el lavavajillas antes de ponerlo en marcha.
El precio de estos servicios básicos suele variar de acuerdo a la zona, el consumo y las tarifas que tengan las empresas, pero te puedes ahorrar muchísimo dinero al seguir los consejos y recomendaciones que te hemos dado.